"Cuando veamos que de nuevo se aprecia y recompensa a
los actores que llevan al escenario o a la pantalla generosidad, deseo, vida
orgánica, acciones ejecutadas libremente -sin deseo de recompensa ni miedo a la
censura o la incomprensión- tendremos una de las primeras señales de que la
manera de nuestra época introvertida y desdichada ha comenzado a cambiar, y que
volveremos a tener el anhelo y la disposición de
contemplarnos a nosotros mismos."
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